Anoche, durante el Real Madrid 3 – 0 Villareal de la jornada 10,
me di cuenta de que llevaba razón cuando pensaba mi propia teoría sobre el
fútbol que desarrollaba el R. Madrid.
¡La de veces que he escuchado que
el Barsa juega muy bien, que juega mejor que nadie, que es el fútbol total, que
si el Pepteam…! En la tele, radio, en prensa, en la calle… Bufff. Todas esas
veces yo tenía en mente una idea, que a veces contaba a alguien obteniendo casi
siempre la misma respuesta: “estas tonto, todo el mundo; entrenadores, medios,
jugadores… dicen que el Barsa es el que mejor juego hace”, hasta madridistas
reconocidos se rendían al buen juego de ese equipo. Sólo algún que otro
compañero de “fatigas” opinaba igual que yo.
A mí el juego que desarrolla el
Barsa me aburre, y mucho. Es el equipo al que más veo después del Madrid, pero
sólo porque mi segundo equipo es el que juega contra el azulgrana, ya que
siempre tengo la esperanza de que “mi segundo equipo” consiga arrebatar algún
punto o victoria a los de José Guardiola. Me he llegado a dormir, lo juro, es
como si me tomara un relajante muscular o un somnífero, actúa igual en mi
cuerpo, sólo le veo emoción cuando el contrario tiene posibilidades de perforar
la meta de Valdés.
Esos minutos que se hacen eternos
cuando los jugadores empiezan a tocar y tocar, de tres cuartos de campo hacia
atrás, de una banda a otra, de la defensa al centro del campo y viceversa… lo
siento, pero es superior a mí.
Para mí, en el fútbol el
principal objetivo es marcar gol, y hay que buscarlo continuamente y cuanto
antes. Hay que tocar, cambiar el juego de banda, retrasar y volver a empezar,
sí, pero hay que ir siempre a por el gol. El juego bonito es un juego más
directo, con velocidad y control, como el de la primera media hora del R.
Madrid anoche.
Mi teoría sobre éste tema es que si
el Madrid jugara en el Bernabéu como juega el Barsa, le pitarían, porque
históricamente y menos en algunas excepciones, el Madrid siempre ha
desarrollado el juego que yo defiendo. Anoche el madridismo me dio la razón
cuando con el 3 a 0 y el partido totalmente controlado, se pusieron a tocarla
igual que el Barcelona, soporífero. Lo hacían bien, hay que reconocerlo y mejor
que los supuestos inventores de esa forma de jugar (según los entendidos), podían haber estado así tres días seguidos y reventar la estadística de posesión, pero
a la afición merengue eso no le gusta y se hizo oír silbando a su propio
equipo. Habían dado una exhibición de juego en la primera parte, se comió
literalmente al Villareal, tenía el partido controlado y se estaban dedicando a
guardar fuerzas, pero eso al madridista le da igual, quiere más… y mejor, no
como el aficionado culé, que se conforma con poco.
Lo que está claro es que hay
muchas formas de jugar bien al fútbol y no solamente como lo hace el Barcelona.
Para gustos, los colores.